Los humanos se inculcan con un instinto de supervivencia.Nuestros cuerpos están hechos para sobrevivir: instintivamente respiramos, parpadeamos, estornudamos e incluso saltamos del camino de los vehículos en movimiento.Este hecho hace que la anorexia esté perpleja a muchos.¿Cómo pueden las personas de hambre de hambre, a veces hasta el punto de la muerte, mientras que muchos, si no la mayoría, otros luchan por permanecer en una dieta pequeña?
La respuesta es desconocida, realmente.La investigación ha afilado en varios factores de riesgo para la anorexia, incluida la genética, el medio ambiente, la estabilidad emocional, y quizás la más fascinante, el cerebro.
Los cerebros de los que tienen y se recuperaron de la anorexia tienen diferencias sutiles pero afectuosas de aquellos queNunca han luchado con el trastorno.Los cerebros de las personas con anorexia tienen una respuesta de recompensa diferente, reaccionan de manera diferente a la retroalimentación, y han alterado las vías de serotonina.
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